El silencio es un mariposa en peligro de extinción.
Luchando por sobrevivir en un mundo en el que la gente parece haberse olvidado de su existencia.
Porque el caos es más rentable que la calma.
Igual que lo son la guerra y el miedo.
Así que vivimos en un bombardeo constante.
De sonidos, luces, imágenes, ideas.
Exabytes de información que aturden la mente.
Una mente agotada que se colapsa y acaba cediendo las riendas a los impulsos.
¡Compra! ¡Mira! ¡Escucha! ¡Prueba!
«El mundo es tuyo, todo está a tu alcance»
¡Pero corre, date prisa!
Y como un gilipollas…
Tú corres.
Y la humanidad involuciona a cada paso que das.
Hasta que un día, en medio de toda esa polución,
ves a la mariposa del silencio posada en un árbol.
Te cautivan su belleza y fragilidad.
Y sientes su poder.
Ves que es capaz de cambiar tu mundo si dejas que se pose en tu hombro.
Y así me sucedió a mí.
Me permitió escuchar mi propia voz.
Escuchar de verdad a otros.
Respirar calma en la intranquilidad de la mente.
Conectar de manera profunda con algo más puro y sencillo que el mundo que me rodeaba.
Con algo más poderoso.
Por eso comparto esto.
Porque tengo la esperanza de que alguien más lo esté viendo.
Y que quiera salvarla también.
Porque de verdad creo que salvando al silencio nos salvaremos a nosotros mismos.
ILUSTRACIÓN REALIZADA POR JOAN LLADÓ ARTS.
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